En 1920 se construye el primer trujal cooperativo que pronto se queda pequeño. En 1947 se construye otro trujal dotado con maquinaria más moderna. Este proyecto se trunca en 1956 cuando una helada que dura todo el mes de febrero y que registra temperaturas de -21ºC acaba con todos los olivos del valle. El olivo (como la viña) solo es posible gracias a la intervención de 3 circunstancias geográficas y climáticas:
1ª. Desde el noroeste, los vientos demasiado húmedos procedentes del Océano Atlántico están frenados por las montañas de la Sierra de Urbasa y Andía.
2ª. La sierra del Perdón al Norte protege de los vientos fríos procedente de los Pirineos y del Centro de Europa.
3ª. Desde el sur llegan temperaturas cálidas procedentes del mar Mediterráneo que permiten la vida del olivo y la maduración de las aceitunas.
Pese a esta influencia mediterránea, el valle de Nekeas registra en invierno bajas temperaturas cercanas al límite peligroso para el olivo y en verano temperaturas diurnas medias/altas pero con un importante contraste térmico día/noche. Este contraste provoca una lenta maduración de las aceitunas que se traduce en una mayor complejidad en la composición de su aceite. La llegada temprana de heladas en noviembre, obliga a cosechar la aceituna pronto, por lo que siempre encontraremos los tan apreciados tonos de frescura, frutosidad y herbáceos en el aceite.
En las nuevas plantaciones de olivo en Nekeas, se ha apostado por dos variedades: Arbequina y Arróniz (autóctona del norte de Navarra).
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Las Huertas s/n.
31154 A帽orbe (Navarra)